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viernes, 20 de diciembre de 2013

Menos mal que no votamos a los comunistas


Menos mal que no votamos a los comunistas

Por Pascual Serrano

No votéis a los comunistas porque, cuando gobiernen, os quitarán vuestras casas ("Un desahucio cada 15 minutos"). Nacionalizarán las compañías eléctricas y os subirán el recibo de la luz ("El recibo de la luz se disparará más de un 11% en enero"). Se gastarán todo el dinero de vuestros impuestos en nacionalizar los bancos ("El Gobierno destina otros 41.000 millones de dinero público para ayudar a la banca. Los avales del Estado pasan de 217.043 a 258.000 millones"). Y arruinarán a los pequeños empresarios impidiendo que se puedan financiar "(La financiación a las empresas desciende un 10% y también toca mínimos de toda la crisis").

El comunismo corrupto utilizará los bancos donde tenga influencia para dar préstamos a sus amigos o familiares ("Recarte se interesó en Caja Madrid por una operación denegada a unos socios suyos de Libertad Digital"; "Bankia cede la gestión de su negocio inmobiliario al fondo buitre del hijo de Aznar"; "Blesa negoció un contrato de intermediario para Aznar en una empresa armamentística").

Como resultado de todo ello, vendrán tiempos de pobreza y hambre ("La crisis obliga a 'millones de personas' a alimentarse de la basura, según la Fadsp").

Además, os quitarán las libertades, como hicieron en Rusia, os multarán si os manifestáis ("Multas de 600.000 euros por convocar una protesta en Twitter ante el Congreso") o incluso comprarán un camión para disolver con chorros de agua las manifestaciones ciudadanas "(La Policía comprará un camión antidisturbios lanza agua") .

Por supuesto, los comunistas intentarán controlar a través del Estado tu vida privada y tus principios morales ("150 organizaciones suscriben un pacto contra la reforma de la Ley del Aborto"; "La asignatura de Religión 'resucita' en las aulas").

Menos mal que, al final, no votamos a los comunistas. De la que nos hemos librado.


(http://www.eldiario.es/zonacritica/mal-votamos-comunistas_6_208989123.html)

domingo, 8 de diciembre de 2013

Las Fronteras de los Sin Causa

Las Fronteras de los Sin Causa
Por: Darío Valle Risoto

Hay gente que acepta el mundo tal cual, con sus cosas malas y buenas y a eso le podremos llamar: sabiduría. También le podríamos llamar: resignación, cobardía, cagaso.

Los Anarquistas vivimos entre este pensamiento y la idea de que la vida está signada por la frustración de ver que las cosas son más fáciles de solucionar si consideramos al prójimo por sobre los objetos. Ser resentidos sociales se ha usado como insulto a los libertarios pero en realidad es un enorme motivo de orgullo.

Aunque pensándolo bien estar orgulloso de algo no es buena cosa porque se acerca peligrosamente a la soberbia, mejor podría utilizar el término: satisfacción. Si, estamos satisfechos cuando nos endilgan determinados motes producto de una sociedad donde a todos nos han educado dentro de los estamentos de la opresión y por lo tanto podría agregar aquel de: “Rebelde sin causa” que solía decirme un veterano cuando participaba en las asambleas del taller gráfico.

Como si luchar por un trabajo digno fuera poca causa. A la gente se le dificulta enfrentarse a una cultura donde todo está debidamente regulado, ordenado y marcado de acuerdo a cierto lugar donde el esquema del poder es muy claro: Los de arriba viven de los de abajo y que estos se la aguanten.

Si no lo hacen son: anarquistas, revoltosos, alborotadores, loquitos, desenfrenados delincuentes que roban y matan para lograr sus fines oscuros y siniestros.

En mi país el supuesto gobierno de izquierda cada vez aprieta más el cuello de aquellos que protestan, pretende así acallar a las voces de la mal llamada “izquierda radical” a los que salen a las calles a por mayor justicia social en un país que cada vez más gobiernan las transnacionales depredadoras como UPM o Aratirí, ni hablar de la ya establecida Monsanto con sus semillas marcadas con nombre y precio como si fueran juguetes. La protesta social se criminaliza paradójicamente por los mismos que antes aguantaron cárcel y tortura por luchas muy similares a estas, pero se me ocurre que fueron derrotados y/o asimilados por el sistema.

Vivir en un mundo regido por el dios Dólar no es fácil para los libertarios porque el tema de las posesiones materiales se adueña de nuestras vidas y entornes le llamamos seguridad a una casa enrejada, con altos muros y alambres electrificados, una empresa de vigilancia, policías rondando las calles y penas cada vez más duras contra los contraventores de la propiedad privada.

La libertad se parece cada vez más a una enorme ciudad prisión donde pateamos lentamente hacia afuera a los que llegaron tarde. Muchos para comer y poco para repartir en la desigualdad de mansiones con grandes garajes con autos europeos y perreras calefaccionadas mientras que en el cinturón viven los sucios, ladrones marginados que nosotros mismos producimos a fuerza de golpes de desigualdad constante.

 Ley natural de las compensaciones, el equilibrio nace de pocos bienaventurados y miles esperando las migas de pan, las sobras de la proverbial riqueza material de los que rigen el planeta, las religiones como buenas cómplices y la ignorancia como carta y comodín de una baraja donde hasta nos damos el lujo de enrolar pobres para la policía y el ejército que luego reprimirán a otros pobres.

Un equilibrio mentiroso, cruel e injusto hace que muchos trabajemos toda la vida para que una pequeña elite viva de lujo y para colmo estos tienen la propiedad de la cultura, la comunicación, los medios necesarios para convencernos continuamente de que esta es la única manera en la que puede andar el mundo pero deben necesariamente haber otras opciones.

En mi país la mayoría de la gente se cree de alguna manera privilegiada por haber nacido dentro de estas pequeñas fronteras de ríos, cerros y caminos, pero las peores fronteras, las más inaccesibles formas de cruzar a una verdadera vida de igualdad y libertad se logra transponiendo las fronteras de la mente.

Hay gente que acepta el mundo tal cual, con sus cosas malas y buenas y a eso le llaman: ¿Sabiduría?

sábado, 7 de diciembre de 2013

Teletón: La gran bestia pop

Teletón: La gran bestia pop
Por: Darío Valle Risoto

Cualquier excusa puede resultar buena para ayudar a los más necesitados pero se me ocurre que entro en un terreno muy escabroso al referirme al gran espectáculo, el circo Friki, la gran bestia pop erigida bajo la única y hegemónica bandera del capitalismo más atroz, si es posible otro, que fabrica un circo perfectamente aceitado de performance iniciática donde los ricos y feligreses convergen tal carnaval para “Ayudar”.

Todo un entramado de disparos al corazón, la búsqueda incesante de sensibilizar al gran público, al degenerado que sin objetar le reza al control remoto por más de veinticuatro horas en descanso al servicio de la industria del desperdicio. Las empresas “donan” y descuentan impuestos: ¿Qué puede haber de mal en ello? Artistas, filósofos crípticos, madres sufridas y niños con problemas esperan haciendo cola para que el animador de turno presente, nos conmueva, llore y lloremos todos mientras abrimos las billeteras. Publicidad barata y sin censsura, el sumun de la venta anticipada hará que ciegos busquemos las marcas de la Teletón porque allí hay gente buena que comparte y llora con nosotros.

Del otro lado porque siempre hay otro lado hay una lista de niños en espera porque el dinero nunca es suficiente en un sistema pluscuanabsurdo, donde todo pasa por el evangelio del dólar y los niños que no llegan deberán esperar hasta el próximo circo beat.

Inaugurada dentro de la dictadura chilena por un Don Francisco amigo de Pinochet y copiando un sistema de los estados unidos abalado por ultra derechistas como Jerry Lewis (Quién se condolió cuando el asesinato de Dan Mitrione) la teletón ha sido un gran éxito del capitalismo el más inteligente de los sistemas de usura, de robo a mano desarmada, de burla siniestra al sentido común. No hay producto más vendedor que un niño inválido, una madre destrozada, un padre trabajador destruido que no haya solución hasta que estos súper héroes del consumo bajan de sus cumbres onerosas y reparten lo que desde el vamos ya debería ser parte de un sistema verdaderamente solidario, auténticamente humano, realmente socialista.

Pero me remito a la introducción, cualquier excusa sirve para hacer el bien aunque muy pocos sintamos que otra vez somos manipulados por un sistema que “vende salud”, contrata educación y ensaya las lágrimas de cocodrilo para el próximo año. Y como anarquista me vuelvo a preguntar: ¿Para que inventamos el Estado si este no puede darle solución a estos miles de niños con problemas?

DESENCHÚFATE!!

<b>DESENCHÚFATE!!</b>
(Fotografía:El mejillón suicida)