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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Código Penal Gallardón: la criminalización de la resistencia social


Código Penal Gallardón: la criminalización de la resistencia social


El Código Penal proyectado representa un nuevo retroceso con respecto al llamado Código Penal de la democracia, aprobado en 1995. Los tratadistas de derecho penal acostumbran a referirse al Código Penal como “Constitución en negativo”: allí donde la Carta Magna establece derechos fundamentales...


“La distribución o difusión pública, a través de cualquier medio, de mensajes o consignas que inciten a la comisión de alguno de los delitos de alteración del orden público del artículo 558 CP, o que sirvan para reforzar la decisión de llevarlos a cabo, será castigado con una pena de multa de tres a doce meses o prisión de tres meses a un año.”

El Ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, presentó el pasado viernes las líneas fundamentales de la futura reforma del Código Penal. Tal presentación no fue más que una maniobra publicitaria, dado que no vino acompañada por la publicación del Anteproyecto en la web del Ministerio, donde solo puede encontrarse un simple resumen del futuro texto legal.

Ante la falta de transparencia del Ministerio, he tenido que bucear en la red hasta poder tener acceso a un ejemplar del anteproyecto, de fecha 16 de julio, disponible en la web del Departamento de Derecho Penal de la Universidad de Barcelona. Dicho texto experimentará cambios antes de ser remitido a las Cortes en forma de proyecto de ley, pero en cualquier caso permite tener una idea objetiva de la reforma, no condicionada por la propaganda ministerial.

El Código Penal proyectado representa un nuevo retroceso con respecto al llamado Código Penal de la democracia, aprobado en el año 1995. Los tratadistas de derecho penal acostumbran a referirse al Código Penal como “Constitución en negativo”: allí donde la Carta Magna establece derechos fundamentales, el Código Penal establece los límites de las libertades, las líneas rojas que no se deben traspasar.  Y en este sentido, el Código Gallardón deja en números rojos, en negativo, muchas de las libertades que tanto ha costado conseguir.

El establecimiento de la cadena perpetua revisable es, sin duda, el mayor retroceso penal desde la transición, y es de todo punto incompatible con el actual texto constitucional, que establece que las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social.  Pero no quiero analizar aquí exhaustivamente algo que, con toda seguridad, será debatido en profundidad durante toda la tramitación de la reforma. Prefiero centrarme en un aspecto muy preocupante del proyecto: la criminalización de las nuevas formas de resistencia social.

El proyectado artículo 559, citado al inicio de este artículo, constituye toda una declaración de guerra contra el ciberactivismo en redes sociales. Se criminaliza la difusión de “mensajes o consignas” que inciten a la comisión de los delitos del artículo 558, “ o que sirvan para reforzar la decisión de llevarlos a cabo”. Por si no causase inquietud la indefinición de dichos términos, obsérvese a qué delitos hace referencia el vigente artículo 558:

Serán castigados con la pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a 12 meses, los que perturben gravemente el orden en la audiencia de un tribunal o juzgado, en los actos públicos propios de cualquier autoridad o corporación, en colegio electoral, oficina o establecimiento público, centro docente o con motivo de la celebración de espectáculos deportivos o culturales. En estos casos se podrá imponer también la pena de privación de acudir a los lugares, eventos o espectáculos de la misma naturaleza por un tiempo superior hasta tres años a la pena de prisión impuesta.

De entrar en vigor la reforma proyectada, puede ser objeto de proceso penal todos aquellos que envíen por Twitter, o cualquier otra red social, consignas “que sirvan para reforzar la decisión” de perturbar el orden en cualquier acto público de cualquier autoridad.

La reforma no se queda ahí. La nueva redacción de los artículos 550 y 554 hace desaparecer las palabras “resistencia activa” del Código Penal. Con ello se abre la vía a que la resistencia pasiva como la desarrollada por los colectivos de “ Yayoflautas” o “ Rodea el Congreso” pueda ser criminalizada, una intención que queda meridianamente clara al leer el texto del resumen facilitado por el Ministerio:

La reforma del Código Penal clarifica la definición del delito de atentado que incluye todos los supuestos de acometimiento, agresión, empleo de violencia o amenazas graves de violencia sobre el agente. Pero no se equipara con la acción de resistencia meramente pasiva que, junto a la desobediencia, se mantiene, como hasta ahora, penada con entre seis meses y un año de cárcel.

Por si todo esto fuera poco, la reforma deroga el Libro III del Código Penal, y con ello desaparecen las faltas, para convertirse o bien en delitos leves, o bien en infracciones administrativas. Algo que en lo que se refiere a los delitos contra la propiedad tiene consecuencias regresivas: los hurtos y los delitos contra la propiedad intelectual inferiores a 400 euros, que hasta ahora eran faltas, se convierten en delitos leves que generan antecedentes penales.

Acciones de protesta como las protagonizadas en supermercados por la Plataforma de Afectados contra la Hipoteca, o el menudeo conocido como “Top Manta” no quedarán en un simple juicio de faltas, sino que conducirán al banquillo de un juicio penal por delito.

El malestar social causado por los recortes de derechos fundamentales ha ido en aumento en los últimos años, y ha encontrado en los nuevos movimientos surgidos a la luz del 15-M formas de expresión novedosas, que jugaban al límite con las líneas rojas del Código Penal. La reforma Gallardón pretende adelantar tales líneas rojas, para situar a los activistas pro derechos humanos en la situación de marginalidad de los proscritos.

http://www.eldiario.es/zonacritica/Codigo-Penal-Gallardon-criminalizacion-resistencia_6_48705170.html

miércoles, 5 de septiembre de 2012

TVE Volverá a retrasmitir Corridas de Toros en horario infantil

Posteo este vídeo creado para mi canal "La Encrucijada" porque es indignante que a la barbarie y a la tortura se la considere Cultura. Este vídeo está siendo más visto por taurinos que por personas que respetan los derechos fundamentales de los animales (a los que los taurinos llaman antitaurinos). La razón de que el vídeo esté siendo más visto por taurinos se debe a que quienes hacen búsquedas sobre el tema taurino suelen ser, obviamente, taurinos. Por ello, se trata de un vídeo que está produciendo mucho escozor en aquellos que apoyan la tortura y, en definitiva, ese era el propósito.

¡Di NO a las Corridas de Toros!

Los desempleados no son culpables


Los desempleados no son culpables

Fernando Luengo
Profesor de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid, investigador del Instituto Complutense de Estudios Internacionales y miembro del colectivo econoNuestra


“Recortamos las prestaciones por desempleo para estimular la búsqueda de empleo” Así se pronunciaba el presidente del gobierno el día que anunciaba el programa de recortes más drástico de las últimas décadas. Como leía un texto, suponemos que redactado a conciencia, es difícil imaginar que dicha afirmación se haya colado por descuido, o por error. Debemos suponer, en consecuencia, que ha sido deliberada y que se quería decir lo que se dijo.

En muchos de los manuales de economía laboral que se enseñan en nuestras universidades se sostiene una tesis parecida: Las personas en edad y dispuestas a trabajar (lo que los economistas llamamos población activa) se enfrentan al dilema de trabajar o permanecer ociosos. En la resolución de ese dilema ocuparía un lugar central la relación entre el salario percibido por desempeñar un trabajo, por un lado, y el nivel y duración de la prestación por desempleo, por otro lado. Cuanto más generosa sea ésta, menores serían los estímulos para buscar activamente un trabajo, de modo que los trabajadores se inclinarían por disfrutar de su ocio, eso sí, protegidos por la cobertura pública. Llevados por este razonamiento, la existencia de una relación inversa entre empleo y prestación, los economistas neoliberales con posiciones más extremas defienden que un adecuado sistema de estímulos es incompatible con la existencia misma de la prestación, por lo que debería ser suprimida. No podemos aceptar, sin embargo, este relato, por varias razones.

Empecemos por lo más evidente, que también es lo más urgente. La prestación por desempleo es un mecanismo anti cíclico que se activa en periodos de crisis económica. Esto quiere decir que, si existe el derecho a la prestación (derecho que, no lo olvidemos, se disfruta porque el trabajador ha cotizado a la Seguridad Social a lo largo de su vida laboral), la pérdida del empleo permite recibir una compensación monetaria, la cual, junto a otros rubros de gasto público, contribuye al mantenimiento de un determinado nivel de demanda agregada. En un contexto como el actual, caracterizado por una brusca y continuada caída de la misma, recortar el importe de la prestación (y más en general, entregarse a una política encaminada a reducir de manera drástica el gasto público como la que se está aplicando en la actualidad) supone cercenar aún más las posibilidades de recuperación económica.

Conviene aclarar (¡¡tener que aclarar esto, a estas alturas!!) que la responsabilidad del desempleo no es, con carácter general, de quien lo padece. La crisis económica ha destruido millones de puestos de trabajo, sin que las políticas aplicadas hasta el momento hayan creado las condiciones para recuperarlos; todo lo contrario, han agravado la situación. Y un problema que se superpone a este, y que acaso lo oculte, es que durante las últimas décadas, incluso en contextos de mayor crecimiento, las economías europeas no han sido capaces de absorber la oferta de fuerza de trabajo disponible. Añadamos que la calidad (la decencia, utilizando un término usado por la Organización Internacional del Trabajo), esto es, los salarios y los derechos laborales, han experimentado una merma continua en el conjunto de la Unión Europea, no sólo en los países del Sur.

Se supone, asimismo (aunque no se diga de manera explícita… por ahora), que la persona que está desempleada prefiere mantenerse en esta situación a desempeñar un trabajo. Su inclinación natural (reforzada por el estímulo perverso que representa la prestación) sería situarse fuera del sistema productivo. Se ignora así que el trabajo, además de proporcionar un salario con el que cubrir las necesidades, es una fuente de derechos individuales y colectivos y refuerza la autoestima; al contrario, el desempleo genera frustración, desconfianza y desmoralización, además de ser un factor de descualificación. Téngase en cuenta, por otro lado, que la supuesta comodidad de vivir de la “sopa boba” que supone la prestación omite (¿deliberadamente?) que su importe no ha dejado de reducirse con las sucesivas reformas laborales introducidas en los últimos años y que, transcurrido un periodo de tiempo (que también se ha recortado), el trabajador deja de recibirla, pasando a depender de las crecientemente precarias redes de asistencia social. Una cosa más, reducir la prestación por desempleo o el salario mínimo no crea puestos de trabajo, del mismo modo que tampoco los crean las políticas que no tienen otro objetivo que aminorar los costes de las empresas presionando sobre los salarios. En este sentido, diferentes estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (el club de referencia de la ortodoxia económica) ofrecen resultados muy dispares, en absoluto concluyentes e incluso opuestos a las tesis más liberales.

Conociendo (parcialmente, pues tan sólo emerge la punta del iceberg) las retribuciones que se auto asignan los directivos de las grandes corporaciones, las indemnizaciones que reciben cuando abandonan sus cargos (a menudo, tras enriquecerse llevando a sus empresas a una situación financiera límite o directamente a la quiebra), cuando se sabe que las grandes fortunas apenas tributan, cuando se acaba de amnistiar, a cambio de una mínima penalización, a los defraudadores… resulta obsceno y cínico, además de ineficaz, meter la tijera en la prestación por desempleo y pretender mejorar el balance ocupacional a través de este “estímulo”.

Reducir la prestación, en un contexto de desempleo masivo y de desequilibrio en las relaciones de poder, en beneficio del capital, sólo servirá para reducir todavía más los salarios, de los que tienen la suerte de trabajar, reduciendo asimismo la muy limitada capacidad de presión de las organizaciones sindicales. Si no hay suelo o éste se tambalea (porque se recorte el importe de la prestación o se rebaje el salario mínimo), las empresas jugarán, como ya lo están haciendo, la baza de los bajos salarios, perjudicando sobre todo a los colectivos más vulnerables.

La derecha política y los mercados, liberados de complejos y prevenciones, superadas todas las líneas rojas, arrumbados los muros de contención que aún quedaban en pie, ponen sobre la mesa su gran apuesta: someter los derechos sociales al escrutinio de los mercados. Esos mismos derechos por los que muchos hemos peleado, que tanto tienen que ver con la democracia, el ejercicio de la ciudadanía, la dignidad y el progreso.

(http://blogs.publico.es/otrasmiradas/326/los-desempleados-no-son-culpables/)

lunes, 3 de septiembre de 2012

Pobreza: La nueva industria del crecimiento en Estados Unidos


Pobreza: La nueva industria del crecimiento en Estados Unidos


Dean Baker
The Huffington Post


Las tendencias recientes de los índices de pobreza en EE UU deberían tener al país furioso con sus dirigentes. Cuando, el próximo mes, obtengamos los datos de 2011, seguramente volveremos a ver otra subida de esas cifras, un comportamiento que representa un vuelco respecto a casi 50 años de progreso económico. El porcentaje de personas que viven en la pobreza extrema, con rentas que no alcanzan ni la mitad del umbral de pobreza, volverá probablemente a ser el más alto desde que se registran estos datos.
Empeora aún más la situación el hecho de que muchos de esos pobres son niños. En 2010, el 27% de todos los niños de Estados Unidos vivían bajo el umbral de pobreza. En el caso de los niños afroamericanos, la cifra se aproximaba al 40%.

Muchos echarán la culpa a la reforma de la ley de asistencia social que se aprobó en 1996 con apoyo de los dos partidos. Es razonable. Fue un proyecto que incluyó mucho hablar para la galería y eliminó las garantías que habrían podido proteger a millones de familias en una crisis tan grave como la que ahora vivimos.

Los defensores de la reforma que ahora se muestran sorprendidos por las consecuencias deberían dedicarse a otro trabajo. En su momento hubo muchos que advirtieron de que la falta de garantías federales podía generar serias penalidades en un momento de crisis económica. Nadie tiene derecho a extrañarse ahora. El aumento de los índices de pobreza en una situación como la actual era un resultado previsible de la ley y, de hecho, se predijo.

Sin embargo, la historia tiene otro aspecto, el estado general de la economía, que es la causa fundamental del aumento del índice de pobreza. La inmensa mayoría de la población estadounidense obtiene la mayor parte de sus ingresos de su trabajo, y eso incluiría a las decenas de millones de personas que viven en la pobreza si tuvieran acceso a un puesto de trabajo. En la economía actual, esas personas no pueden encontrar empleo, o por lo menos no pueden encontrar un puesto de jornada completa que les ofrezca nada remotamente parecido a un salario para poder vivir.

El motivo por el que muchas de esas personas no pueden encontrar empleo es la pésima gestión económica de personas que se llaman nada menos que Robert Rubin, Alan Greenspan y Ben Bernanke. Estos pensaron que las burbujas que habían impulsado la economía en las dos últimas décadas, la burbuja de la bolsa en los años ochenta y la de la vivienda en el último decenio, estaban muy bien. Por alguna razón, pensaron o que las burbujas no iban a estallar o que sería fácil arreglar las cosas cuando estallaran. En el caso de Robert Rubin, se benefició personalmente -con unos beneficios de más de 100 millones de dólares- de la burbuja inmobiliaria después de dejar su cargo de secretario del Tesoro para convertirse en directivo de Citigroup.

Sin negar la importancia de tener sólidas redes de protección para garantizar que las personas puedan sobrevivir a los periodos difíciles, todavía más importante es tener una economía fuerte que sea capaz de generar empleo bien remunerado. Por desgracia, en la agenda política actual no se vislumbra nada que vaya a permitir esa recuperación del pleno empleo a corto plazo.

Los dos candidatos presidenciales aseguran que se comprometen a reducir el déficit como si hubiera un proceso mágico que hace que las empresas empiecen a contratar trabajadores, cuando ven que las escuelas están despidiendo a profesores y los contratistas de defensa están despidiendo a empleados de sus fábricas. En 1996 no hubo más que unos cuantos políticos que tuvieron la valentía de alzarse y decir que la reforma de la asistencia social iba a poner en peligro la seguridad de millones de familias, y ahora hay muy pocos que estén dispuestos a levantarse y decir que necesitamos más inversiones públicas para crear empleo y reconstruir la economía.

La realidad es que el estallido de la burbuja inmobiliaria creó un enorme vacío de la demanda en la economía. A corto plazo, ese vacío solo puede llenarlo el Gobierno, nos guste o no. Hasta que consigamos que la economía se recupere y empiece a crear los millones de puestos de trabajo que se necesitan, las cifras de la pobreza seguirán siendo horribles. Por eso, la vía principal para remediar la pobreza pasa por arreglar la economía.

Dean Baker es un macroeconomista estadounidense y cofundador del Center for Economic and Policy Research.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia para CEPR

Fuente: http://www.huffingtonpost.com/dean-baker/poverty-the-new-growth-in_b_1833158.html
Desde: http://rebelion.org/noticia.php?id=155412

martes, 21 de agosto de 2012

Y van y le dan un paracaídas al hijo de puta (o por qué Assange debía morir)


Y van y le dan un paracaídas al hijo de puta (o por qué Assange debía morir)

Opinión: PABLO IGLESIAS TURRIÓN

De esta manera tan gráfica describió el hijo del presidente Eisenhower la caída de Gary Power el primero de mayo de 1960 en territorio soviético, cuando el U2 que pilotaba fue derribado. Los norteamericanos afirmaron que se trataba de un vuelo de observación meteorológica pero la captura con vida de Power (que sería intercambiado por un espía soviético años después) sirvió para demostrar al mundo que los Estados Unidos no estaban por la labor de relajar la tensión de la Guerra fría.
Si la CIA se equivocó al equipar los aviones U2 con paracaídas, los estadounidenses y los británicos se equivocaron al no ejecutar a Assange cuando pudieron hacerlo. Quizá la mujer que declaró ser violada por el fundador de Wikileaks y que, según afirman numerosos analistas, trabajaba para la inteligencia angloamericana, debía haber asesinado a Assange al estilo Nikita. De este modo, lo más que hubiera podido ocurrir es que continuara la tradición de best sellers y películas de espías suecas a lo Mankell o Larsson.
Pero no, el hijo de puta está vivo y a día de hoy ya no es un peligro por haber publicado documentos secretos del gobierno de los Estados Unidos o por haber dejado a la vista la corrupción y la hipocresía de la política internacional de las grandes potencias. Hoy Assange es peligroso por otra cosa. Si algún efecto está teniendo su presencia en la Embajada de Ecuador en Londres es el de hacer crecer exponencialmente el prestigio internacional de Ecuador y de las democracias latinoamericanas que le apoyan. Y créanme que, en tiempos de crisis como los que vivimos con la legitimidad de los regímenes políticos europeos en horas bajas, que América Latina se cuelgue la medalla de oro de campeona de la Democracia tiene su importancia.
No podemos olvidar que los medios de comunicación controlados por los gobiernos y por los magnates estadounidenses y europeos llevan años lanzados en una campaña que pretende desprestigiar a los países latinoamericanos que han desafiado la autoridad de Estados Unidos, la de sus aliados europeos y la de las instituciones económicas y militares globales. Por muchas elecciones que ganen Correa, Chávez, Morales o Cristina Fernández, por más que sus políticas sociales hayan reducido la desigualdad, por más que infinidad de organismos internacionales independientes certifiquen que estos países son un ejemplo en el respeto de los derechos civiles, el mensaje de los poderosos es el mismo: son "populistas" y siempre son preferibles los golpes de Estado (como los de Honduras o Paraguay) a que ganen las elecciones estos hijos de puta.
El problema es que ahora, para todo el mundo, algunas cosas están claras. Está claro que la amenaza británica de asaltar la embajada ecuatoriana, viniendo de un Estado que ha concedido asilo a numerosos disidentes rusos reclamados por su país, que protegió a Pinochet y que se ha opuesto históricamente a conceder la extradición de criminales de guerra nazis, es una vergüenza que deja la calidad democrática del Reino Unido a la altura del betún. Está claro también que la negativa sueca de interrogar a Assange por vídeoconferencia o de desplazar al juez a Londres para hacerlo, responde a su voluntad inequívoca de entregárselo a Estados Unidos, lo cual representa una humillación sin límites a las tradiciones de un país famoso en el pasado por proteger a perseguidos políticos de todo el mundo. Y está claro, por último, que el presidente Correa y las democracias latinoamericanas están dando una lección al mundo en lo que al respeto de los derechos humanos y al ejercicio de la soberanía se refiere. Quizá la represaliada Ana Pastor debería ahora darse cuenta de que cuando entrevistó a Correa estaba tratando con un presidente demócrata que se niega a entregar la soberanía de su país a poderes extranjeros; todo lo contrario que el presidente que padecemos en España.
En noviembre de 1917, el comisario de Asuntos Exteriores de la Rusia revolucionaria León Trotsky dio una lección al mundo, haciendo públicos todos los tratados secretos firmados por el régimen zarista y declarando que la diplomacia secreta era un instrumento de la minoría propietaria para engañar a las mayorías y someterlas a sus intereses (qué hijo de puta, debieron pensar en todas las cancillerías europeas). El presidente estadounidense Woodrow Wilson imitaría a los bolcheviques poco después y declararía que los pueblos no podían ser tratados como simples objetos. Fueron los horrores de la Primera Guerra Mundial los que sensibilizaron las conciencias de millones de personas en todo el mundo facilitando el arrollador crecimiento del mayor movimiento democrático de la historia, el movimiento obrero que puso en jaque a las potencias Europeas que habían dominado la política internacional hasta entonces. El fascismo y el nazismo fueron la mejor vacuna frente a ese impulso democrático.
Hoy, cuando un nuevo conflicto armado de dimensiones imprevisibles amenaza con desencadenarse en Oriente Próximo, la "Crisis Assange" está poniendo de manifiesto ante la opinión pública mundial al menos dos cosas. En primer lugar, que el respeto por las libertades de las grandes potencias termina donde empiezan los intereses económicos y geopolíticos de una casta que no tiene más patria que su dinero y, en segundo lugar, que la esperanza democrática se llama hoy América Latina.
*Pablo Iglesias Turrión es profesor de Ciencia Política en la Complutense y presentador de la tertulia política televisada La TuerKa



domingo, 19 de agosto de 2012

Cosas De La Gran Democracia Del Norte:Multas A La Caridad

La caridad sale cara: multan a una mujer por alimentar a niños pobres  


Una mujer de Filadelfia tendrá que pagar una multa si no deja de alimentar a niños de familias sin recursos
Podría ser multada con 600 dólares por cada día que repartió comida gratis. 

Angela Prattis, de la ciudad  Chester Township, donde el ingreso anual per cápita oscila en torno a los 19.000 dólares, decidió repartir comida gratis a los niños de la localidad durante varios meses.  Prattis distribuía la comida en su garaje, a donde acudían unos 60 niños cinco días en la semana. La Archidiócesis de Filadelfia suministraba la comida y controlaba el programa, ya que Prattis le presentaba informes semanales.  Sin embargo, cuando la alcaldía de la localidad se enteró de su labor, decretó que para ello Prattis debía de obtener un permiso para repartir comida o bien pagar una multa de 600 dólares por cada día de caridad. Dado que su labor de beneficencia duró tres meses, dicha multa ascendería a más de 50.000 dólares. En cualquier caso, la obtención del permiso es también bastante costosa y asciende a 1.000 dólares. Las autoridades insisten en que la mujer violaba las leyes de la localidad, ya que vive en una zona residencial donde el reparto de la comida gratis está prohibido.  En un primer momento la administración tenía la intención de cobrar la multa por este verano, pero después de que medios locales se hicieron eco del asunto, decidieron no hacerlo. La alcaldía permitió a Prattis a repartir gratuitamente la comida hasta el 24 de agosto, pero el próximo verano la mujer tendrá que pagar por sus labores de caridad. Prattis, que tiene tres hijos propios y uno acogido, declaró a los medios locales que nunca dejará a ayudar a los niños pobres.

lunes, 6 de agosto de 2012

Que Vean Antes Esta Otra Ecografía. Por Manolo Saco


Que Vean Antes Esta Otra Ecografía. 

Por Manolo Saco

Las personas de derechas de toda la vida dicen ser de centro, porque piensan que en el centro se halla la virtud. Y no hay cosa que más agrade al espíritu de la gente de derechas que su particular sentido de la virtud. Conozco, en consecuencia, virtuosos de “centro de toda la vida”, piadosos defraudadores, homófobos, ladrones, maltratadores, que creen firmemente que la derecha es un invento de la izquierda para desacreditarlos, porque en sus cabezas no cabe que pueda existir nada más a la derecha que el centro mismo del mismo centro. Es lo que se llamaría una nueva geometría moral.

El centrado de toda la vida, aunque sea fumador, esnife coca y beba regularmente alcohol hasta perder las formas al volante, cree que los drogadictos que ponen en peligro los pilares de la estructura social son los otros, es decir, esa otra legión de malditos que se pinchan heroína adulterada entre las ruinas de los poblados marginales y que te asaltan con una jeringuilla para robarte la pasta; no como la gente de centro de toda la vida que te roba limpiamente vendiéndote participaciones preferentes o hipotecas a precios de usura.

Por exigencias de la nueva geometría moral, los suníes creen que los chiíes son una despreciable secta del Islam, y viceversa; y los católicos tildan a los adventistas del séptimo de caballería, o como se llamen, de formar parte de otra secta mezquina. Aunque nosotros bien sabemos que la religión no es otra cosa que una secta que ha prosperado, al igual que el centrista de toda la vida es un facha que ha prosperado socialmente.

Traigo aquí aquellas palabras del cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, preocupado por las almas de los jóvenes (lo del paro juvenil ni le sonaba), preguntando a las escuelas laicas que amenazan con arruinarle su negocio “si la atracción de la juventud hacia las sectas y los fundamentalismos no es una consecuencia de haber ocultado algo tan normal y humano como es la experiencia religiosa seria”. Es decir, seria como la suya, que no es una secta, ni se nutre de ninguno de los estupefacientes con que se drogan los fundamentalistas. Una vez más, la historia se repite: los drogadictos son siempre los otros, los que utilizan drogas distintas a las admitidas socialmente.

Ahora, Tomás Gómez, el secretario general de los socialistas madrileños, mientras denuncia que el gobierno de Rajoy está trufado de fundamentalistas religiosos, define al Opus Dei como “prácticamente una secta… una pseudosecta”. Hasta Tomás Gómez confunde el culo con las témporas. Si es una pseudosecta… es una religión, de la misma manera que un pseudoladrón resulta ser un tipo honesto, o un pseudoidiota es más listo que el hambre. Y creo que eso no es precisamente lo que quiso decir el líder de los socialistas madrileños, al que admiro por cómo se explica. Debería saber que las religiones cristianas son todas unas sectas de la religión judaica, que a su vez es un compendio de las numerosas sectas de las tribus nómadas que acabaron poblando los relatos fantasiosos de la Biblia… que a su vez… La diferencia, pues, entre una religión y una secta es clasista: es el rico triunfante despreciando el tamaño de la pobreza de los demás, el dictador definiendo los límites de la libertad de quienes tiene amordazados.

Digamos que Tomás Gómez quiso decir que el Opus Dei es una secta procedente de otra secta, la católica, una sectita, una sectucha de mierda, porque, gracias a la nueva geometría moral, y como bien define el Diccionario de la Real Academia, el sentido peyorativo de secta es el “conjunto de creyentes en una doctrina particular o de fieles a una religión que el hablante considera falsa”. En el caso de las religiones, que hasta el propio dios sabe que son todas falsas, es como una discusión entre locos en la que todos se insultan llamándose locos los unos a los otros.

Uno de los miembros más conocidos del Opus Dei en el PP, procedente de la vieja UCD, aquella tropa que ya entonces creía ser “de centro”, gracias a esa nueva geometría imposible que comentamos, es Juan Cotino, exdirector General de la Policía con Aznar (otro elemento insufrible del extremo centro), y hoy presidente de las Cortes valencianas. Cotino, de misa diaria, soltero, miembro de la secta con mayor influencia en el Vaticano, se opone al aborto, bajo cualquier supuesto, porque el feto nonato que él jamás ayudará a traer al mundo, sea malformado física y mentalmente o esté condenado a morir en breve, tiene derecho, según él, a la vida pasando por encima del derecho de la madre a evitarle tal sufrimiento, porque su dios, infinitamente caprichoso y malvado, disfruta con el dolor de sus criaturas.

Partiendo de que para ser miembro del Opus Dei es necesario padecer cierta malformación moral de nacimiento, no debería resultarnos extravagante que a un extremo centrista como Cotino le haya parecido buena idea que, para disuadir a las abortistas de sus malas intenciones, se les obligue a ver una ecografía del feto de su nonato, esa maravilla de criatura en forma de feto que alberga en su vientre, esa bendición del Cielo con síndrome de Down, espina bífida o hidrocefalia grave enviada por su dios para hacer del hogar la antesala torturante del paraíso que les espera.

Visto lo visto, atención, traigo una propuesta revolucionaria.

Por las mismas leyes que rigen en la nueva geometría moral de su secta podrida, elitista, homófoba, apoyo de golpistas de toda laya, cada vez que el gobierno del partido de Cotino se disponga a recortar apoyos a la dependencia, reducir la aportación del subsidio de desempleo, empobrecer a las clases más débiles con la subida del IVA, desmantelar el sistema sanitario y de enseñanza pública, hundir a los mineros en el fondo de la mina, o dejar sin paga extra a los funcionarios… antes de que lleven a cabo toda esa cirugía, más sangrienta y dolorosa que cualquier aborto, propongo que obliguen a Cotino y al resto de los miembros del Opus Dei que mariposean por el consejo de ministros a contemplar una ecografía gigante de los ciudadanos españoles, una ecografía de esos hogares en los que entre todos sus componentes no ingresan un duro, donde los hijos pierden su trabajo para poder atender a sus mayores incapacitados, para que vean cómo se retuercen, como fetos, sus compatriotas víctimas de la depresión física y mental provocada por las medidas ultraliberales de sus secuaces meapilas.

Que vean en directo, en esa cámara que más bien parece un limpiaparabrisas, cómo se desangran los hogares españoles con cada punto del IVA que suben, con cada ayuda a los desamparados que eliminan, con cada trabajador que envían al paro sin coste alguno. A ver si aún así tienen cojones de gritar ante la pantalla ¡que se jodan!

Primero, esa ecografía. Y después hablamos serenamente del aborto, repugnantes pedazos de hijos del Opus Dei.

(Meditación para hoy: según los socios de esta secta, el derecho a la vida es prioritario, aunque el feto llegue con una malformación severa e incapacitante. Una vez en el mundo, los mismos que le obligaron a nacer le sisarán, vía recortes oportunos, la ayuda necesaria para sobrellevar su dolor y el de su familia. Luego, para rematar la ignominia, vendrá el cura del pueblo gallego de Tarrío (Padrón) a negarle la comunión, porque “darle la partícula a una persona como ella es como tirarla”. Con todo, lo más doloroso de todo ello es que de nada sirve que te cagues en su dios, porque no existe.)
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Manolo Saco

Periodista (Ourense, 1947). Desde el año 1971 ha trabajado en Cambio 16, ha sido director de la revista Ciudadano de defensa del consumidor. Fue jefe de la sección de Economía y, posteriormente, de Cultura y Sociedad de los Servicios Informativos de TVE, subdirector del diario El Sol y otros. Fue columnista de Público.

Fuente:
http://www.eldiario.es/zonacritica/2012/08/06/que-vean-antes-esta-otra-ecografia/

viernes, 27 de julio de 2012

Los progresistas decimos no al despotismo ilustrado

Los progresistas decimos no al despotismo ilustrado
ENRIC SOPENA


Ha aflojado, por ahora, el todopoderoso Mario Draghi, presidente del BCE, el ahogo al que tiene sometido a España. Pero, mientras tanto, la Italia del tecnócrata Mario Monti se encuentra "en estado de alerta". Draghi es italiano y es otro tecnócrata. Fue uno de los promotores de la privatización de Italia, que desmontó en buena parte el sector público.

O sea que ideológicamente viene a ser Draghi un neoliberal, vinculado durante años al norteamericano Goldam Sachs, el cuarto banco de inversión del mundo. Goldam Sachs, por cierto, asesoró al entonces -en los principios de la crisis- al primer ministro conservador de Grecia, Kostas Karamanlis.

Goldam Sachs
De modo que así, el Gobierno heleno pudo manipular con mayor precisión las cuentas públicas, lo que posteriormente supuso la causa por la que la UE, el FMI y otras instituciones internacionales castigaran duramente a los griegos. Castigaron sí a los griegos y no castigaron, sin embargo, a Goldam Sachs por haber cometido un posible delito de corrupción flagrante. Draghi salió indemne de esa operación, pero ni siquiera la criticó públicamente.

‘Señores feudales’ del siglo XXI
En todo caso, lo cierto es que, en buena medida, Draghi se ha convertido en un personaje del que dependen, hasta cierto modo, la vida y la hacienda de millones de europeos. Entre ellos están naturalmente los ciudadanos españoles. Entre las Ángela Merkel, presidenta del Gobierno alemán, y los Draghi, presidente del BCE, estamos regresando a una especie de Antiguo Régimen, más o menos ilustrado, en el que no mandan los elegidos por los votos, sino los poderosos o los señores feudales del siglo XXI.

Merkel y los alemanes
Merkel, como es sabido, fue elegida en las urnas cancillera del Gobierno alemán. Representa a los ciudadanos alemanes, en efecto. Pero no debería mandarnos a los ciudadanos del resto de países europeos. La democracia, que tanta sangre costó implantarla, corre cada vez más peligro.

¡Queremos la democracia!
Y, ¡ojo! la tecnocracia es, de hecho, un régimen como mínimo autoritario, en el que los más ricos viven maravillosamente y la clase trabajadora, o el mal llamado populacho, que se jodan. Hacen los tecnócratas las delicias de los neoliberales. ¡Pero nosotros, los progresistas, no queremos estar a las órdenes ni de Draghi ni de Merkel! ¡No queremos el despotismo ilustrado! ¡Queremos la democracia!

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM




miércoles, 25 de julio de 2012

Sois escoria,Por Javier Gallego


Sois escoria

Por Javier Gallego


Sois escoria. No valéis nada. Sobráis. Sois una carga. Sois minusválidos. Valéis menos. No valéis nada. No sois. Peor que eso. Sois un gasto, una excrecencia, una molestia. Nos costáis dinero. Nos salís caros. Y os lo vamos a hacer pagar caro porque estamos hartos de cargar con vosotros.

Estamos hartos de cargar con parapléjicos, paralíticos cerebrales, enfermos que no se pueden valer por sí mismos, viejos con Alzheimer, discapacitados y demás seres dependientes y por eso no vamos a cargar con muchos de ellos. No vamos a cargar con casi medio millón de dependientes moderados. Si pueden moverse, vestirse o comer moderadamente por su cuenta y no se hacen sus necesidades encima que no las hagan encima de nosotros, que se paguen sus necesidades. Nosotros tenemos que “moderar” el gasto.

Estamos hartos de cargar con los familiares que cuidan a esos enfermos. Vamos a reducirles como mínimo un 15% en su asignación de 400 euros al mes a esas mujeres que han consagrado su vida a su cuidado. Se la vamos a dejar en 340 y nos vamos a dar un plazo de hasta dos años para pagarles. A lo mejor para entonces ya ni lo necesitan….

Y a las que lo necesiten a partir de ahora, las que se encuentren con la desgracia de una nueva una invalidez en la familia, vamos a dejar de pagarles la Seguridad Social, como se hacía hasta este momento. Así no cotizarán y no tendremos que pagarles la jubilación. Se la tendrán que pagar ellas. Que se busquen la vida. O que la pierdan. Como esos enfermos…

Estamos hartos de cargar con casi 6 millones de parados y a partir del sexto mes empezaremos a pagarles cada vez menos. Y a partir de ahora, dejaremos de invertir 1500 millones de euros en políticas de empleo. Para que se espabilen. Y si no espabilan, que se jodan. Y que se jodan los pobres, que hemos reducido casi 600 millones de ayuda al desarrollo. Estamos hartos de ellos.

Estamos hartos de los inmigrantes, especialmente de los inmigrantes sin papeles y sobre todo, de los enfermos. No tienen papeles, sobre el papel, no existen. Vamos a hacer como que no existen. O mejor vamos a hacer todo lo posible para que dejen de existir.  Les vamos a quitar el único papel que tenían, la tarjeta sanitaria. A finales del mes que viene, 3000 ilegales y enfermos de SIDA dejarán de recibir medicación. Que se la paguen. O que se vayan por donde han venido. Por donde se van también muchos españoles.  Más de 40.000 en el último año. La mayoría jóvenes en la treintena. Que se vayan también.

Estamos hartos de cargar con los jóvenes. Más del 50% no tienen trabajo. Ni casa. Aquí no van a encontrarla. Ni les vamos a ayudar a pagarla. Hemos recortado 322 millones en ayudas a la vivienda. Se van a acabar “los subsidios, las subvenciones y las mamandurrias”, o sea, los sueldos que se cobran sin merecer, las gangas indefinidas. Se van a acabar para vosotros, como ha dicho Esperanza Aguirre en nuestro nombre. Cobráis sin merecerlo. No merecéis vivir. Trabajad sin cobrar. Conformaos con sobre-vivir. Nosotros viviremos sobre vosotros. Para seguir cobrando sin trabajar. Para seguir ganando nuestras mamandurrias. Para seguir mamando del bote.

Sois nuestras mamandurrias. Sois lo que cobramos sin merecerlo. Sois una ganga. Por eso, estáis de saldo. Y os estamos vendiendo. Cuando terminemos de usaros, os tiraremos a la basura. Como cualquier mercancía.

Firmado, el Gobierno y amigos.

http://blog.rtve.es/carnecruda/2012/07/sois-escoria.html

sábado, 21 de julio de 2012

El 12 de julio como golpe de Estado



Tiempos nuevos, términos nuevos

El 12 de julio como golpe de Estado


Guillem Martínez
Diagonal


Los gobiernos han hecho con las palabras en los últimos 35 años lo que han querido, pero han perdido el monopolio para hablar de democracia.
Quizá no ha pasado mucho en los dos últimos años. O quizá, incluso, ha pasado lo más importante. Lo más importante: ha finalizado una época en la que cualquier gobierno colaba, a través de una cultura especializada en crear cohesión y endarle la razóna cualquier gobierno, cualquier mensaje. Parece una tontería, pero esto es la pera.

Es importante constatar que cualquier intento comunicativo de un gobierno para construir una explicación, un nombre a lo que hace, no sólo acostumbra a fracasar, sino que viene, además, desprovisto del palabro ‘democracia’.

Algo absolutamente exótico hace un par de años, cuando el Estado disponía de esa palabra en régimen de monopolio. Podía explicar lo que era democrático o no. Podía excluir o incluir del campo semántico democrático cualquier conducta, idea o grupo en un plis-plas. El hecho de que hoy no pueda jugar con ese juguete orienta hacia una debilidad cultural gubernamental.

Los gobiernos peninsulares ya no pueden gestionar el significado de las palabras. Una cosa anecdótica en otra cultura, pero fundamental por aquí abajo, una cultura en la que, en los últimos 35 años, los gobiernos han hecho con las palabras lo que han querido. Es importante saberlo. Es importante que la sociedad sepa que las palabras le pertenecen. Por eso mismo, es importante redefinir palabras que el Gobierno nos da por definidas. Así, es importante, muy importante, saber lo que significa la palabra “recortes”.

A partir del 1 de septiembre, verbigracia, desaparecerá la universalidad de la sanidad. El Real Decreto que lo comunica supone un incumplimiento de los artículos 9.3, 10, 13, 18.4, 43.1, 43.2 y 86.1 de la Constitución, y un atentado a los Estatutos de Autonomía de Andalucía, Aragón, Catalunya y País Vasco (fuente: Asociación para las Naciones Unidas de España).

Es una ley que se sitúa tan lejos de la legalidad como otras con las que se ha recortado la educación, la asistencia social, la asistencia al paro, o las leyes del trabajo. Ese pack de recortes supone también la negación del artículo número 1 de la Constitución. Aquel que va y dice que el Estado es “social y democrático de Derecho”.

“Y”, no “o”, de manera que si el Estado deja de ser social, deja de ser también democrático y de Derecho. Supone la omisión del artículo 9.2, uno de los pocos goles en esta Constitución tan poco sexy, un artículo copiado directamente de la Carta de Bonn y de la Constitución italiana de 1945, y que significa la imbricación del Bienestar en el Estado.

Desde 2008 estamos rescatando a la banca, a través de dinero que se extrae del bienestar, y de rescates que pagará el bienestar. Las medidas gubernamentales parecen no estar orientadas a solucionar ninguna crisis, sino a realizar, a través de ella, un gran cambio estructural. Los recortes y todas las contrarreformas del Estado, realizadas en contra de la Constitución con la que se nos ha dado la brasa durante cuatro décadas tienen nombre.

La sociedad debería empezar a meditar si el fin del bienestar que vivimos es –y éste es un posible nombre que redefine la palabra “recortes”–, un golpe de Estado. Un cambio violento del marco legal vigente. Un delito. Y, como tal, que convierte a las personas y los gobiernos que lo están realizando en susceptibles de ser juzgadas.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/El-12-de-julio-como-golpe-de.html
Desde: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=153337&titular=el-12-de-julio-como-golpe-de-estado-

DESENCHÚFATE!!

<b>DESENCHÚFATE!!</b>
(Fotografía:El mejillón suicida)