Delirios de un Charlatán
Por Darío Valle Risoto
Fotografo: César Ureta (Playa del Buceo-Montevideo)
Muchos se ha escrito sobre la libertad, la busca de la felicidad, el amor y ese montón de cosas bonitas que engalanan los marcadores de libros, los cuadernos del secundario y las paredes de las prisiones. No esperarán que justo yo les venga a dar la frase clave para comprender estas cosillas más puedo decirles que vivir es una cosa rara donde a veces la felicidad está en una taza caliente de chocolate en invierno, el amor en mi gata durmiendo entre mis pies y la libertad en tener la televisión apagada todo un santo día.
Con algunos años sobre esta tierra me comprendo en toda mi significancia o por lo menos ya tengo un porcentaje alto por encima del promedio y por lo tanto ya se que no soy un tipo bueno ni demasiado inteligente, que soy un tipo nacido en el país sin nombre apátrida por elección y ateo gracias a dios. Me gusta vivir solo, me apasionan las mujeres sobretodo si son delgadas, altas y japonesas pero he hecho casi una decena de excepciones de las que he salido desde internado por dos días hasta borracho de felicidad en un bar con amigos.
Comprendí que las putas son las profesionales más honestas y los políticos los más prostitutos que la policía proviene de los genes de la delincuencia pero con uniforme y que la gente religiosa apesta por más que trate de respetarles esa locurita de hablarme de la Biblia de Krishna o de Aquamán cada dos segundos.
Hace tiempo que me masturbo menos que antes pero sigo sin culpas aunque ya la satisfacción la encuentro más en aquella taza de chocolate caliente de unos renglones más arriba o porque me estoy poniendo caduco aquí abajo. Realmente no me importa pero a veces me preocupa que subrepticiamente al hacer zapping vea culos, tetitas y rubias en casi todos los canales y no se me mueva un pelo y temo que comienzo a odiar a esas pobres mujeres objeto.
Viajo enganchado a mi reproductor de MP3 una hora y media por día entre Montevideanos desaseados, con olor a ropa rancia y mujeres de vistas cansadas que me miran como a una posible presa de caza, al menos me gusta pensarlo aunque al llegar a casa el espejo me devuelva a un veterano de lentes, pelo largo y barba candado, que si fuera mujer no miraría ni para matarlo.
Tengo Facebook con una veintena de amigos, agrego unos y borro otros, me parece una reverenda cosa al cuete tener unas 3000 amistades virtuales y no saber quien corno son la gran mayoría de ellos, la verdad que entre a esta red insocial para chatear con Julia que se fue hace casi cuatro años a Barcelona y todavía trata de hacerse un espacio.
Me gusta el cine de ciencia ficción y de fantasía, los clásicos en blanco y negro. Long Chaney, Peter Cushing, Bela Lugosi, Christopher Lee y el gran Boris Karloff son mis tíos por adopción desde que tenía cuatro años y veía sus películas al cobijo del abrazo de mi padre tirados en la cama de dos plazas. Cuando era pequeño quería más a mi padre que a mi madre sin dudarlo, quería ser dibujante de historietas y vivir en Nueva York, hoy que ya no me queda mucho paño me conformo con escribir y comentar los trabajos de otros, de pensar en que alguna vez a la vuelta de la esquina encuentre ese portal donde terminar mis días siendo Superman o un simple tripulante de la Enterprise, cualquiera de las dos me sirve.
Por Darío Valle Risoto
Fotografo: César Ureta (Playa del Buceo-Montevideo)
Muchos se ha escrito sobre la libertad, la busca de la felicidad, el amor y ese montón de cosas bonitas que engalanan los marcadores de libros, los cuadernos del secundario y las paredes de las prisiones. No esperarán que justo yo les venga a dar la frase clave para comprender estas cosillas más puedo decirles que vivir es una cosa rara donde a veces la felicidad está en una taza caliente de chocolate en invierno, el amor en mi gata durmiendo entre mis pies y la libertad en tener la televisión apagada todo un santo día.
Con algunos años sobre esta tierra me comprendo en toda mi significancia o por lo menos ya tengo un porcentaje alto por encima del promedio y por lo tanto ya se que no soy un tipo bueno ni demasiado inteligente, que soy un tipo nacido en el país sin nombre apátrida por elección y ateo gracias a dios. Me gusta vivir solo, me apasionan las mujeres sobretodo si son delgadas, altas y japonesas pero he hecho casi una decena de excepciones de las que he salido desde internado por dos días hasta borracho de felicidad en un bar con amigos.
Comprendí que las putas son las profesionales más honestas y los políticos los más prostitutos que la policía proviene de los genes de la delincuencia pero con uniforme y que la gente religiosa apesta por más que trate de respetarles esa locurita de hablarme de la Biblia de Krishna o de Aquamán cada dos segundos.
Hace tiempo que me masturbo menos que antes pero sigo sin culpas aunque ya la satisfacción la encuentro más en aquella taza de chocolate caliente de unos renglones más arriba o porque me estoy poniendo caduco aquí abajo. Realmente no me importa pero a veces me preocupa que subrepticiamente al hacer zapping vea culos, tetitas y rubias en casi todos los canales y no se me mueva un pelo y temo que comienzo a odiar a esas pobres mujeres objeto.
Viajo enganchado a mi reproductor de MP3 una hora y media por día entre Montevideanos desaseados, con olor a ropa rancia y mujeres de vistas cansadas que me miran como a una posible presa de caza, al menos me gusta pensarlo aunque al llegar a casa el espejo me devuelva a un veterano de lentes, pelo largo y barba candado, que si fuera mujer no miraría ni para matarlo.
Tengo Facebook con una veintena de amigos, agrego unos y borro otros, me parece una reverenda cosa al cuete tener unas 3000 amistades virtuales y no saber quien corno son la gran mayoría de ellos, la verdad que entre a esta red insocial para chatear con Julia que se fue hace casi cuatro años a Barcelona y todavía trata de hacerse un espacio.
Me gusta el cine de ciencia ficción y de fantasía, los clásicos en blanco y negro. Long Chaney, Peter Cushing, Bela Lugosi, Christopher Lee y el gran Boris Karloff son mis tíos por adopción desde que tenía cuatro años y veía sus películas al cobijo del abrazo de mi padre tirados en la cama de dos plazas. Cuando era pequeño quería más a mi padre que a mi madre sin dudarlo, quería ser dibujante de historietas y vivir en Nueva York, hoy que ya no me queda mucho paño me conformo con escribir y comentar los trabajos de otros, de pensar en que alguna vez a la vuelta de la esquina encuentre ese portal donde terminar mis días siendo Superman o un simple tripulante de la Enterprise, cualquiera de las dos me sirve.
5 comentarios:
Te pasaste,Darío.
Excelente,emotivo también por que no,tu autorretrato,bienvenido a la Comunidad(óigase en tono siniestro y con cámara de eco de los sesentas)!!!!!.
Una pregunta,ya que coincidimos en unas cuantas cosillas:C.Lee y B.Karloff,genios INDUDABLES,pero el gran
Vincent Price no te gustaba?
Abrazo.
OHHHH me olvide del tio Vincent y tambien de Peter Lorre, Jhonny Weissmuler etc
Gracias a todos por integrarme
Buenazo,Darío,me alegro que te sumaras a este proyectito.
Me gusta cada vez más la idea.
Un abrazo!
Gracias Enrique sorpresa de encontrarte también aquí
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